Mis pastillas para olvidar
Me desperté toda transpirada, otra vez ese maldito sueño. ¿Alguna vez me iba a dejar en paz? Parecía que no había terminado. Se repetía en mi una y otra vez pero sobre todo en mis sueños. Los días que amanecía así, no eran buenos días. Todo me parecía horrible, todo me fastidiaba. Tenía ganas de renunciar al trabajo, y quedarme viendo Netflix durante días enteros, comiendo chatarra, dulces, y todo eso rico en grasas. Pero lamentablemente, no tenía alternativa, tenía que enfrentar el día, me vestí, desayuné, y tome mi tranquilizante. Por suerte hoy tenia terapia, eso me dejaba más tranquila. De camino al trabajo, repase mentalmente lo que le iba a contar a la psiquiatra sobre el sueño, y como altero mi estado de ánimo, y que por cierto no llego a condicionarme del todo, porque sabía que hoy tenía sesión, pero en otro momento, hoy seria un día perdido. Me costó llegar al horario del almuerzo, tuve que ir a buscar café como unas 4 veces y otras 5 hice que iba al ba...