La Mansión de Maru

Maru es una de mis más amigas, nos conocemos desde que yo tengo once años, y ella quince.
Hace casi unos 20 años. De todas las chicas, Maru es la más amable de todas,
siempre esta dispuesta ayudar, deja de lado todo con tal de asistir, nos malcría a todas.
Desde que somos muy chicas, siempre nos gusto ir a su casa, la llamábamos mansión Vallejos,
tiene pileta, jardín y un quincho enorme, así que casi siempre hacíamos las previas,
fiestas y juntadas en su casa, era un all inclusive para todas.
Pero tenía una contra, se decía que su casa había algo,  un no sé qué,
o alguna presencia que la hacía tenebrosa, oscura. Una energía un poco densa.
Había pasado una noche en un festejo de cumpleaños,
en una foto de las de antes, se imprimió con la cara de un señor,
se veía borrosa, su cara estaba en el fondo cerca del quincho, desenfocada.
Desde ese dia, algo cambio. La casa no era igual,todas sentíamos miedo.
Maru nos contaba que por las noches escuchaba ruidos, sentía cosas,
y hasta algunas empleadas renunciaban a trabajar ahí al poco tiempo de haber empezado.
El tiempo fue pasando, yo evitaba ir a dormir, y cuando iba a comer, nunca me quedaba sola,
si iba al baño, volvía corriendo.. Y así fue durante todos estos años.
Casi lo olvidamos, y convivimos con esto. Una tarde, recibo un llamado de Maru,
tenía al nene enfermo, así que como buena madrina me fui a verlos.
Estaban solos en la casa, ya que los padres de Maru, habían salido de viaje.
Como Fede empezó a levantar fiebre Maru me pidió si podía cuidarlo
que ella iba hasta la farmacia a comprar el remedio.
Me ofrecí a ir yo, pero ella decía que tenia que comprar otras cosas más,
que la bancara, solo iba hasta la esquina. 
¿Que podía pasar? Ya había pasado un tiempo bastante prudencial,
nunca más escuche historias de la casa, y la verdad, no tenía más miedo.
Nos pusimos a ver una serie con Fede, escucho cuando Maru se va,
y con la puerta de la habitación abierta, que daba al pasillo, vemos pasar una sombra.
Al principio no caí, hasta que Fede me dijo:
-madrina ¿viste eso?
- ¿Qué cosa Fede?
-¿Esa persona que pasó corriendo?
Me quede helada, no sabia que hacer, ni que responder.
Me sobresalto al escuchar sonar el celular, no había pasado un segundo.
Era un mensaje de Maru, la farmacia estaba cerrada, se iba hasta la otra,
que quedaba a unas cuantas cuadras, y que si podía cerrar la ventana que daba al jardín,
porque se estaba por largar a llover. Fede seguía mirando la tele como si nada. 
A mi la situación me había dejado paralizada, y muerta de miedo.
Se empezó a oscurecer el ambiente, la lluvia no tardaría en llegar.
Qué fue lo que habíamos visto, no podía decirle a Fede que la madrina con 30 años tenía miedo.
Tenía una criatura a mi cuidado por 30 minutos, y no podía evitar sentir todo esto.
Me levanté de la cama, acostada no podía pensar, de reojo miraba el pasillo,
también la ventana que daba al patio, caían las primeras gotas de agua, Fede seguía mirando la tele.
Lo que menos me preocupaba era cerrar la ventana del jardín, quería que pase el tiempo para que llegue Maru.
Caminaba de un lado a otro, y en una de esas idas y venidas
de repente me choco con Fede que se había parado al lado mio, me vuelvo a asustar!
Y esta vez puteo en voz alta.

  • Madrina, ¡eso no se dice, no tengas miedo!
  • ¿Fede, qué haces? No podes asustarme así
  •  Yo no fui, fue él - dice señalandome el pasillo, pero no tenía cara de miedo. Yo ni me atreví a mirar.
  • Fede, ¿qué señalás?
  • ¿Mamá nunca te contó?
  • ¿Qué cosa?
  • Lo que vemos, a veces.
  • ¿Que decís? No ven nada… por qué inventás
  • Yo no invento madrina. A veces yo también tengo miedo, al de hoy no lo conocía.
  • Basta Fede, voy a llamar a tu mamá, no quiero que digas estas cosas, no me gustan.
  • Bueno, no las digo más, pero no se va a quedar tranquilo, algo está buscando - y dicho esto se volvió a acostar, y a mirar la tele, como si nada.

Yo no sabía si salir corriendo, o ponerme a llorar.
Los siguientes minutos fueron los más terroríficos de mi vida,
el viento empezó a soplar, pero con una fuerza inexplicable, las ventanas empezaron a silbar,
y todavía había que cerrar el ventanal del jardín.
Le dije a Fede si me acompañaba a cerrarla, lo cual accedió sin refutar,
pero cuando se levantó de la cama salió corriendo para el jardín.
Cuando llego hasta el ventanal, luego de atravesar el interminable pasillo,
lo veo afuera mirando para el quincho, y con tal de no quedarme sola en la casa voy con el,
pero automaticamente cuando me acerco, intentando ver lo que miraba… se va corriendo nuevamente para la casa.
Me quedo inmóvil, paralizada de solo ver que las luces de la casa se empezaron a prender,
ya no lo veía a fede, yo estaba petrificada, muerta de miedo y no sabía si volver a entrar.
En ese instante veo con mejor nitidez, una sombra mas alta que fede, acercandose,
pero esta me hablaba… ya no sentía las piernas, y me dejé caer sin ver mas nada…
Cuando vuelvo a abrir los ojos Maru me cacheteaba, me gritaba y me sacudía. 
  • Amiga soy yo, ¿Que haces aca? ¿Que paso?
Le dije que me sentía mal, que no sabía que estaba haciendo ahí, y que solo iba a cerrar el ventanal.
Me tomó la presión, y me hizo un café… 
El temporal había pasado… y casi ni había llovido.
Después de que me recompuse, pude irme a casa tranquila.

Hoy sigo sin quedarme sola en su casa.

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